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Muskan y Gulabshah
Hello friends,
Nuevamente estoy con vosotros. Os saludo desde la India trabajando a tope para poder sacar adelante a los angelitos, siempre me exijo más y a veces no me doy cuenta de todo lo que ya hemos conseguido en estos últimos años.
Hace unos días que estuve mirando la foto de Muskan y Gulabshah, ¡madre mía, hace ya 8 años que viven con nosotros y qué lindas son!. Fueron unas de las primeras niñas en llegar, tenían 3 añitos y estaban a punto de morirse. Su historia es fuerte, las dos han nacido en una triste estación de tren, en pleno andén, sin ayuda de un médico. No sé muy bien cómo, pero han sobrevivido, mendigando y alimentándose de restos de comida que encontraron en la basura. Varias veces la madre de Muskan intentó de llevársela de vuelta a la calle, para que mendigara y someterla a la prostitución. ¡No es fácil explícale a una madre que siempre está borracha y drogada y ejerciendo de prostituta, que no es una buena profesión para su hija!, ¡es difícil que te entienda!. Hace dos años que me puse muy seria, firme un acuerdo con la madre de Muskan y desde entonces no ha vuelto a visitarnos. Mejor, así Muskan se siente más protegida.
La madre de Gulabshah murió hace un año. Estaba en las mismas que la madre de Muskan y un poco antes de su muerte fui a verla en la estación de tren y me comentó que estaba embarazada otra vez. Tenía muy mal aspecto, treméndamente delgada y frágil y pensé: ¨no sé si va a sobrevivir¨. No me equivoqué. El padre del bebe le dio un golpe muy fuerte a la madre, perdió el feto y después ella enfermó de una infección interna que le costó la vida.
Cuando estaba en España vino el padrastro y dijo que quería llevarse a Gulabshah durante algunos días. Despues no la trajo de vuelta y desde lejos intuía que la niña no estaba nada bien. Así que monté la de Dios desde España. Me costó muchísimo esfuerzo recuperarla, pero al final lo conseguí.
Cuando volví a la India Gulabshah estaba rara, medio ausente. Enseguida capté que había pasado por unas circunstancias difíciles, nada adecuadas para una cría tan jovencita, así que era más que urgente de poder traerla de vuelta a nuestra casa.
Normalmente no os cuento estas historias porque prefiero daros alegrías, prefiero las cosas bonitas en esta vida, pero pensé, estos hechos también forman parte de nuestro proyecto y creo que está bien que sepáis lo máximo posible de lo que sucede. Hay días que me siento más seria porque una de estas historias ronda por mi cabeza.
¡Por estas niñas y por estos niños hay que seguir luchando!, son nuestros angelitos y para que puedan salir de estas circunstancias tan sumamente difíciles necesitan que les echemos una mano. Se merecen un futuro digno, ¡igual que nuestros angelitos del Occidente!.
Gracias, Nane
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