¡El tiempo pasa volando!

Hola, queridos padrinos, madrinas y amigos,

¿No tenéis como yo la impresión de que el tiempo pasa volando? Hace unos días estuve visitando a Jeenat, la jovencita con la que aparezco en la foto. Ella fue la primera niña que acogí en el año 2008, era una «pitufa» y me cuesta creer que aquella pequeña niña es la mujercita guapa y de corazón tan noble que tengo delante. Todos los niños que acogimos en aquel momento ahora son independientes. Llegaron con las vidas rotas, y al ofrecerles una oportunidad supieron aprovecharla muy bien y crearse un futuro digno. Ésta es precisamente la meta de Childsrights, y cuando los niños la consiguen, se nos llena el corazón de alegría y sentimos que nuestro esfuerzo ha valido la pena.

Los niños pequeños siguen en el cole pero pronto empezarán las vacaciones y nos subiremos a la montaña. En el pueblo de Khajuraho ya no se puede ni estar por el calor tan tremendo que hace en estas fechas: alcanzamos los 48º C. En la montaña hace fresco y los niños tienen río donde bañarse y ponerse a remojo. El lugar a donde vamos es un centro de meditación en Rishikesk. Tenemos la gran suerte de que nos acogen y nos sirven unas comidas riquísimas; nos gusta mucho. Años atrás ya estuvimos allí y esta es nuestra tercera vez. A los dueños del centro les encanta que pasemos una temporada con ellos y a los niños les da la vida. La madre del dueño es una mujer muy mayor, y como a nuestra querida Anjana le encantan las personas mayores, la acompaña a pasear y a menudo entra en su habitación para que le cuente historias de cuando era joven.

Pronto os haré llegar más noticias desde la montaña, namasté,

Christiane